sábado, 6 de marzo de 2010

La Creatina


La creatina es el suplemento dietético más difundido dentro del deporte en todo el mundo, avalado tanto por estudios científicos, como por experiencias realizadas por los deportistas.

Es una sustancia naturalmente producida por el organismo, en los riñones, el hígado y el páncreas, y que deriva de los aminoácidos arginina, metionina y glicina. También se encuentra en las carnes y el pescado: 5 gramos de creatina por cada kilo de carne.

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La creatina se acumula en los músculos esqueléticos unida a una molécula de fosfato -fosfocreatina-, que es la fuente de energía inmediata para la contracción muscular. La fosfocreatina es indispensable durante los ejercicios de breve duración y alta intensidad, y de carácter anaeróbico, como por ejemplo el levantamiento de pesas. También disminuye la fatiga muscular ya que evita la formación de ácidos.

La doctora Isabel Díaz, especialista en Cardiología y Medicina del deporte, encargada del área médica del Centro Nacional del Deporte (CeNARD) de la Argentina, afirma que “mucho se ha hablado de la creatina y su uso en los atletas. Al utilizar el organismo la creatina como fuente de energía rápida para el esfuerzo explosivo, la fosfocreatina almacenada en el músculo se agota rápidamente”. Y agrega: “De esta manera se deteriora el rendimiento debido a la imposibilidad de obtener nuevas cargas de energía con la velocidad requerida”.

“La creatina es el único nutriente que el deportista no puede cubrir con la alimentación. Dado que se encuentra en pequeñas cantidades en las carnes y el pescado, para aportar al cuerpo la dosis diaria de mantenimiento sería necesario consumir muchos kilos de carne por día”, señala la licenciada Lilian Girard, nutricionista especializada en deporte a cargo del área de nutrición del CeNARD, Argentina.

Según un estudio recientemente publicado en Clinical Science, la suplementación con creatina aumenta en un 35 por ciento la cantidad de esta sustancia en el músculo. De esta manera, se favorece la formación de fosfocreatina posibilitando alcanzar y mantener una potencia máxima por un tiempo mayor que el habitual.

Dosis para lograr un efecto ergogénico

Según recientes estudios realizados en Inglaterra, se estableció que es conveniente tomar una carga inicial diaria de 20 a 30 gramos de creatina, durante seis días y continuar con una dosis de mantenimiento durante el resto del mes. Seguidamente se observó un incremento del 20 por ciento de creatina en el músculo. También es posible arribar a ese resultado con una dosis de 5 gramos diarios a lo largo de todo el mes.

Los mismos estudios permitieron llegar a la conclusión de que, al agregar una buena dosis de hidratos de carbono al suplemento de creatina, se incrementa en un 60 por ciento la concentración de esta última en el músculo. Parece ser que la liberación de insulina, desencadenada por la ingesta de los carbohidratos, acelera el traslado de creatina y aminoácidos hacia el interior de las células musculares.

Otros usos de la creatina

Al parecer, no sólo en el deporte es eficaz este suplemento. Debido a su capacidad de aumentar la fuerza muscular, se la incluye en terapias para aquellos pacientes que padecen enfermedades musculares discapacitantes, como la esclerosis lateral amiotrófica -ELA-, y la distrofia muscular de Duchenne.

La ELA es un desorden rápido y progresivo que causa la degeneración de las neuronas motoras, es decir las que rigen los movimientos voluntarios. Este proceso resulta en una atrofia muscular total, con parálisis y muerte, generalmente dentro de los cinco años de realizado el diagnóstico.

En cuanto a la distrofia muscular de Duchenne, se trata de una enfermedad hereditaria ligada al cromosoma X, por lo que la padecen sólo los varones al poco tiempo de nacer. Afecta en principio a los músculos pelvianos y de las extremidades inferiores, para luego generalizarse. Ya en la adolescencia el niño no puede andar y el curso progresivo de la enfermedad conduce irremediablemente a la muerte

Informes recientes, publicados en la revista Nature Medicine, muestran que en experiencias realizadas con ratones, a los cuales se les produjo ELA por manipulación genética, el suplemento de creatina logró extender su vida en 26 días, comparado con aquellos ratones que no recibieron el suplemento.

Ensayos clínicos realizados con humanos enfermos demostraron el aumento de la fuerza muscular en un 10 por ciento.

El doctor Beal, investigador de la Asociación de Distrofia Muscular, de los Estados Unidos, sugiere que existen dos formas posibles de explicar cómo la creatina protege a la neurona de los efectos de la ELA. La primera es que, al ingerir creatina, se incrementan los niveles de energía en el cerebro. Estos niveles podrían verse afectados por daño en la organelas productoras de energía intracelular, las mitocondrias.

La segunda es que la creatina podría tener efectos directos en la mitocondrias, inhibiendo los mecanismos de muerte celular.

Efectos adversos de la creatina

Pero no todos son beneficios. También se detectaron algunos efectos indeseables al ingerir este suplemento, como el aumento de peso corporal por retención de líquidos y no por incremento de la masa muscular. Ello se debe a que la creatina es osmóticamente activa; es decir, atrae el flujo de agua hacia el interior de las células.

Como consecuencia de esta retención hídrica, se observaron calambres musculares, deshidratación e intolerancia al calor. Por lo tanto se considera conveniente mantener un régimen estricto de hidratación en aquellos deportistas que ingieran creatina.

Desde 1994, la creatina está incluida dentro de los suplementos dietéticos, en la Dietary Supplement Health and Education Act. Siempre deben ser recetados por profesionales médicos y permanecer bajo su estricto control. No obstante, dichos suplementos no son sometidos a exámenes por la FDA -Food and Drug Administration- de los Estados Unidos. Por este motivo, la pureza y seguridad de los productos comerciales podría ser cuestionable.

En 1998, la FDA dio a conocer algunos efectos adversos que fueron denunciados en esa institución. Estos incluyen vómitos, diarrea, ansiedad, pérdida de conocimiento, miopatias -enfermedades musculares-, arritmias cardíacas, trombosis venosas profundas e incluso, muertes.

No obstante, a pesar de estos reportes, no es posible afirmar con certeza que una sustancia en particular sea la responsable absoluta. Las especialistas advierten que queda mucho aún por investigar.